viernes, 19 de marzo de 2010

¿Sabemos/necesitamos disfrutar de nuestros hijos? La educación y la dictadura de la comodidad



Últimamente en mi faceta de educador estoy viviendo muchos choques sociales que me están llevando aún más a actitudes radicales con los que me rodean. Sorpresa!! que diría algún amigo mío. Pues eso, por deformación profesional o no, mi faceta de educador o socializador va creciendo de forma exponencial en comparación a la edad de mis hijos, lo que pone en mi punto de mira campos sociales antes fuera de mi vista.

La conclusión de lo que vais a leer es que los padres de hoy en día, cayendo conscientemente en la generalización, me asustan.

Hoy os cuento como nos cargamos los cumpleaños de los pequeños y seguro que otro día podré hacer algo parecido. Resulta que el día más esperado de un niño: su cumpleaños (con permiso de los Reyes) está siendo asaltado por los padres y madres de los compañeros de colegio desde muy temprana edad bajo la dictadura de "la comodidad". Desde los cuatro años, nuestros pequeños, semana tras semana reciben invitaciones para acudir a los cumples de sus compañeros, en mi ciudad la mayoría a una famosa cadena de hamburguesas con un rey como marca. Todos los mostruitos juntos pasan dos horas devorando hamburguesas y calorías en un recinto cerrado y despersonalizado.

Las madres (no he contado muchos padres en la puerta del cole), en su máxima versión cartesiana, han organizado con cuadrante todos los cumpleaños del curso de nuestros hijos. Gestionan el número de cumpleaños que hay mensualmente y acuerdan, cuando la ocasión lo requiere, compartir cumpleaños para evitar tener más de un evento a la semana.

De toda esta situación, lo que más me llena de hastío: organizan una colecta conjunta para hacerle un regalo al niño protagonista. Todo ello por el bien de la comodidad y, sobre todo, apartando a los niños de todas las decisiones o emociones que pueden tener con todos los detalles de estos pequeños eventos y que forman parte de su desarrollo como personas.

¿Entendemos la importancia de estos momentos? ¿sabemos/necesitamos disfrutar de nuestros hijos?. Seré un moñas o un tio raro o un bohemio o un gilipollas pero me gusta enfocar desde el detalle la educación de mis hijos. El detalle supone ir a comprar un regalito para su compañero y pasar ese pequeño rato con él decidiéndolo, momento en el cuál podemos pensar entre los dos qué o cuál regalo le gustará más a su compañero o, si surge, intentar darle un toque personal e incluso tener ocasión para explicarle al niño la importancia de elegir un regalo económicamente adecuado. Eso y muchas cosas más: verles la cara de sorpresa cuando entregan y abren el regalo, ver a todos alrededor de la tarta soplando las velas... esos pequeños instantantes que la comodidad no puede borrar de la vida de un niño.

No voy a entrar en que me gustan los cumpleaños familiares y con el niño como protagonista y que tradicionalmente nos han servido a todos nosotros, alrededor de los sanwiches de chorizo o mortadela, las patatas fritas y la tarta, para sentir emociones y formar parte de un todo desde el punto de vista de uno. La comodidad es el garante, la que decide las sensaciones que tienen que vivir nuestros hijos. En fin, lo dicho: la frivolidad de los padres gestionando las emociones de los niños amparados en la comodidad me da miedo.

2 comentarios:

  1. ¿Ves como se está marchando todo a la mierda?
    De todas formas ahora hay tanta tonteria entre los padres que ya no se sabe quien aporta la madurez en las familias.
    Los niños cada vez son más adultos y los adultos cada vez más niños.
    La educación (la buena) es escasísima y los padres pasan más tiempo descargandose los juegos para la "play" del niño que jugando con sus hijos, o leyendoles un libro, contandoles un cuento...
    Anda a la mierda la sociedad esta.

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