jueves, 31 de enero de 2013

La culpa de todo la tiene Yoko Ono




“Y aquí estamos todos fumando y esperando,

mirando las obras con los jubilados.


La culpa de todo la tiene Yoko Ono. Pues no, no es Bárcenas el culpable, ni el Partido Popular, la corrupción en España es culpa de ‘todos los políticos’, los Yoko Ono de la historia presente del país. No voy a darle muchas vueltas al tema pero la hipocresía y la maquinaria de comunicación política está en plena ebullición. Me sale por fresco el símil futbolero, siempre de fácil retención: un empate en casa es tan bueno para el Madrid como la corrupción es un hecho ampliable a todos los políticos y a todos los partidos.

Es escandalosa, y sorprendente, la facilidad que existe para culpar a los partidos de izquierdas de corruptos, además, es directamente proporcional a señalar con el dedo acusador a la globalidad de los políticos cuándo el partido enfangado es de derechas. Pregunta para sus votantes, ¿es asumible y se da por hecho la corrupción en un partido conservador?

El PP y PSOE no son lo mismo. Lo que sí es cierto es que quiénes eligen la corrupción, dentro de cualquier institución, les favorece el hecho cultural español ante ésta y una Justicia  organizada durante años para ser juez y parte. Buscando culpable, hoy nos encontramos en los medios informaciones que fácilmente llevan a entender la corrupción cómo un ‘modus operandis’ en el Partido Popular, el método. Ojo, el Partido que gobierna este país y que lo gobernará en los próximos años.

¿Y los ciudadanos? ¿Esperando?. Más allá de la comunicación en redes sociales, los ciudadanos continúan movilizándose y saliendo a la calle por multitud de hechos concretos, ya no sólo por la falta de oportunidades, si no también sorprendidos ante la actitud política de quienes les gobiernan y, a su vez, les despojan de servicios públicos que, hasta la fecha, pensaban esenciales; mientras, sin conciencia ni pelos en la lengua, sus gobernantes bien pagados (los mejores pagados de la historia si atendemos a sus sueldos legales y a los ilegales que descubrimos en las noticias de hoy en el periódico El País) los tachan de ‘despilfarro’.

Y más allá de las redes sociales y de esas movilizaciones el español de 'a píe' ¿qué hace?. Pues sí, dejarse llevar, 'mirando el decomisos'. Ya sea por la confianza depositada en esas instituciones o bien por la lejanía que sienten del hecho político. Pero esa lejanía tiene límite, ya que cada día está más cerca el 'día D'. No lo duden, los españolitos están incubando el huevo de la serpiente y para los que todavía creemos en la democracia y en los partidos será el 'día D' más difícil. Trabajo queda.

La música adecuada:



Nota: En España está (pienso que estuvo) de moda nombrar calles a las ‘víctimas del terrorismo’, un nombre horroroso y poco pedagógico para explicarle el motivo a nuestros hijos. Un nombre que rezuma resentimiento hacia una generalidad que se concreta en la cabeza de cada uno. Nunca ha estado de moda ponérsela a las 'víctimas del holocausto', o a las 'victimas de la guerra civil española', sí a los ‘caídos por la patria’, incluso con nombres y apellidos. Puede que en un futuro esté de moda y tengamos que ponerle nombre a nuestras calles con ‘Victimas de la corrupción’ o lo que sería peor ‘Victimas de la corrupción de los partidos gobernantes en democracia’ en el caso de que la democracia pase página. Si no paramos está sangría no quedará hueco en nuestras calles para tanta víctima. 


miércoles, 19 de septiembre de 2012

¡Hasta siempre!


El 18 de septiembre marchó Santiago Carrillo después de vivir los 97 años de, probablemente, la historia más apasionante de este país. Seguro uno de los personajes españoles más importantes en el siglo pasado. Para mi, y también para mi generación, un recuerdo y símbolo infantil de los primeros pasos en la política. Aún recuerdo su imagen en la propaganda de los primeros comicios electorales de la democracia y en las pegatinas que los niños pegábamos por todos lados sin tener conocimiento del contenido de las siglas.

Una figura trasmitida con mucha pasión por el "abuelo rojillo" que, ya en los primeros años de la democracia, hablaba a sus nietos de la pirenaica, de noches y reuniones clandestinas y del coraje de muchos ante las injusticias humanas y sociales de un régimen impuesto tras una victoria en una penosa guerra civil. Mientras la abuela, pragmática, intentaba cerrar heridas y proteger a los suyos de las ideas revolucionarias muertas con aquella frase lapidaria y adoctrinadora de conciencias: "tú, no te señales".

Con la perspectiva del tiempo Santiago Carrillo se convirtió en maestro de todos aquellos reflexionan la democracia y tienen la política como profesión. A través de sus mítines, libros, artículos, conferencias o en su longeva participación en las ondas  ha sido marca de reflexión cuidada, imagen de valores ciudadanos y ejemplo de convivencia. Yo algunas veces soñé hablar como él. Amigos y enemigos hoy lo echan de menos.

¡Hasta siempre!


Foto: vía El País.


Reacción acción: totalmente de acuerdo.