lunes, 22 de diciembre de 2008

Mes chungo

Vaya mes. Creo que en mi ciudad la media de comidas/cenas entre compañeros de trabajo, amigos de toda la vida, curseros, familia, más familia, gente del mismo club, gente del mismo partido, políticos con responsabilidad, sin ella, grupo de madres, mujeres despechadas, los del tiro con arco... son al menos cinco por cabeza. Y digo cinco por no decir diez. Entre tanto los reyes de los niños, el aguinaldo, la lotería, el amigo invisible, aquello de mantenerse, la sorpresa, la chupa pal frio que hace mucho, los turrones, las propinas, el viaje de rigor, los churros,  otra vez los regalitos para la cena de nochebuena... y el Miner hasta arriba todos los días, lo mismo va a ser verdad que estamos en crisis. Es posible, y como diria ese eslogan tan bien escogido "juntos podemos" y la mejor forma es esa: "consumid malditos".

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miércoles, 3 de diciembre de 2008

"Lo que hay que hacer"

Pobre hombre el señor quien ha osado poner en compromiso a un Juez de Valladolid para que dicte una sentencia que obliga a retirar los crucifijos de las aulas y espacios comunes del colegio Macías Picabea. Incluso a su niña le han dicho que no va a tener Navidades. Que horror! ni crucifijos, ni navidades.

Me viene a la cabeza una respuesta que me han dado en una conversación entre amigos "progresistas", reflexionando superfluamente sobre la invitación del colegio público de mi hijo para participar en una muestra municipal de villancicos. La respuesta sin contextualizar fue "hay que hacer lo que hay que hacer", lógicamente esta entrada volvio a avisarme de que vivo en una sociedad conservadora y que en terminos de "provincias", como es el caso del señor de Valladolid y el mío, vamos aún más allá rozando el ultraconservadurismo.

Me anima para seguir con la educación laica de mis hijos, a pesar de las barreras que suponen las dificultades intrinsecas al cole, haber nacido en este pais que tiene su historia católica, mi total falta de creencia y vivir la época que vivo. Todo se resumen en la frase "lo que es imposible es imposible". Además, pienso que nos encontramos en un momento que, a pesar del conservadurismo existente, las personas hemos desarrollado un buen mecanismo: la capacidad de normalizar todo una vez se instala en nuestra vida. Es decir, rompemos el conservadurismo con más conservadurismo: "hacemos conservador lo revolucinario en naita que podemos". Espero que éste sea el método para romper con el aparato seudocatólico que gobierna en muchos espacios sociales, culturales y políticos de este país, disfrazando nuestra cultura de sus elementos superfluos y casposos, aunque sea de mentira y sólo para poder manejar al redil.

Reacción acción: totalmente de acuerdo.