martes, 23 de agosto de 2011

Educación y familia. Ambición y realismo.














La imagen pertenece al portal de educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y me sirve perfectamente para reflexionar sobre la educación en mi Región y también en el País. Luego vuelvo a la foto.

Tengo una motivación concreta ya que el 24 de agosto estoy convocado para reunirme con un candidato a la Presidencia de este país para dialogar sobre "educación y familia". He repasado mentalmente muchos temas pero voy a evitar dispersarme sobre debates complicados de la educación y la conciliación familiar. Pienso que habrá personas con muchas más ideas sobre ello que centrarán estupendamente esa charla. Voy a ser pragmático e inspiraré mi esfuerzo por la pretensión de este candidato a ser "ambicioso en aspiraciones y realista en las propuestas".


Dos experiencias, antes de nada.

1. La vuelta a mi colegio. Hace unos meses tuve el placer de dar unas charlas de tecnología en mi primer colegio, situado en una barriada humilde de mi ciudad. La casualidad hizo que las charlas se realizasen en el mismo aula en la que pequeño estuve como alumno por última vez en 1981. Tuve un día de sensaciones encontradas que pronto se convirtieron en una sola y agridulce: nada había cambiado. El aula estaba igual que hace 30 años, sustituyendo, eso si, los ordenadores por las sierras de marquetería. 30 Años y nada diferente. El colegio parecía haber evitado la evolución. No se apreciaba la existencia de buena salud educativa, más bien reflejaba un lento y agónico decaimiento. Como una estación de paso, triste, donde solo destaca el esfuerzo de alumnos y profesores por llenar las paredes de dibujos y trabajos, por fin aroma de centro educativo. Mi cole se había convertido en un edificio funcionarial, como el de Hacienda. Continúe caminando por los pasillos y fui observando: no funcionaba el comedor escolar; ni los dos gimnasios, que ahora estaban llenos de trastos; el patio no tenía aspecto de lugar de juego para niños, tenía grandes socavones y a penas se detectaban las líneas de las pistas deportivas. Pensé que como padre no sería el lugar que elegiría para llevar a mis niños. Pero es lo que hay, pensé. Un dato: en mi ciudad no conozco un colegio que haya sido construido o reformado completamente en lo que va de siglo. Y ninguno con instalaciones fuera de un pequeño patio y un edificio funcionarial. El contraste es devastador con la evolución en otro tipo de instalaciones: deportivas, de ocio, de atención a mayores, sanitarias... que año tras año han ido mejorando y transformado mi ciudad y su calidad de vida.

2. El Google. Para centrar mi idea busqué en el Google la referencia "infraestructuras educativas en España", no es muy científico pero me sorprendió ya que en las 10 primeras entradas la palabra más leída fue "reparar": "El gobierno destinará 2 millones a reparar infraestructuras educativas...". Por curiosidad, pensando que no encontraría nada, busqué la referencia: "infraestructuras educativas en Alemania". La palabra más leída en las búsquedas fue "nuevas". Otra sensación: en un país se repara y en el otro se construye.

Todo refuerza lo que experimento cuando puedo llevar a mis hijos a su colegio, un colegio público en el centro de la ciudad. Lo que siento, lo que veo e intuyo es un abandono sutil de las infraestructuras educativas, una despreocupación inversora. Claro, la inversión esta dedicada a las reparaciones: a arreglar enchufes, cubiertas, desagües, pintar de blanco, goteras... En mi ciudad, de 50.000 habitantes en Castilla-La Mancha la mayoría de los colegios superan los 20 años de antigüedad.

Pienso que en España los políticos han entendido la dotación de la educación como algo secundario, para ellos la educación está en continua reparación. Se mantienen a los profesores como guardeses sin recursos, muchos deprimidos por sus dificultades, faltos de formación para afrontar el futuro de sus alumnos y, además, con infraestructuras inadecuadas. Sin colegios del Siglo XXI. También, tengo otra sensación: no se puede, nadie va a hacer nada.

Nuestras aulas se han convertido en epicentros de una educación funcionarial, donde los niños están de paso, sin recursos ni vinculaciones entre la comunidad educativa. ¿Queréis construir país? Creemos, construyamos colegio con instalaciones y recursos que puedan ser el centro de la vida de un barrio, su referente vertebrador donde los niños estudien y jueguen; donde los padres acudan a participar y a aportar su experiencia; donde los profesores enseñen y los educadores trabajen. Empleo, empleo, empleo... ¡educación!

Necesitamos un Gobierno que crea en la educación como esencia. Un gobierno que tenga un buen "plan" para apostar fuerte en todos sus ámbitos y también para hacerlos visibles. Es básico construir nuevos y buenos colegios públicos, grandes infraestructuras, a la altura de las mejores instituciones privadas: en plantillas, en recursos y en instalaciones. La envidia de nuestro sistema.

Apostar fuerte por los colegios, no sólo es discutir sobre leyes y sistemas educativos. Es convertir los espacios, dotar de recursos al profesorado, las familias y construir grandes colegios referentes en todas las ciudades. Elevando así a la educación pública y, por ende, devaluado sin degradar a la educación privada. Por que el esfuerzo de todos es más y llega a más partes, sin crear élites. Hablemos sobre la excelencia de nuestros colegios, vayamos todos los días a dejar a nuestros hijos en los colegios donde nos gusta y donde reciban una educación pública: La mejor.

Vuelvo a la fotografía que ilustra la entrada. Se me enerva el alma al ver este portal Web, al comprobar lo que les interesa y lo que nos están comunicando. La educación no necesita de estos políticos con corbata, sonrientes y encantados de conocerse. La educación necesita gente que crea y se remangue. Que sean capaces de entender que en un portal educativo los protagonistas son los niños, los profesores y los padres. Los colegios, la ciudad, el barrio. La vida en comunidad. Todos iguales. Si, otra educación es posible y esta es mi propuesta: "menos rotondas y más colegios". Dejad de sonreír que el trabajo es duro.




Reacción acción: totalmente de acuerdo.